RELACIÓN MEDICO-PACIENTE
"El pediatra es el médico
de los niños, el psicólogo de los padres y el psiquiatra de los abuelos porque
se vuelven locos por los nietos".(José Jordán)
a relación médico-paciente en pediatría es especial.
Los niños pequeños no pueden comunicarse bien. Es común en
pediatría la comunicación por
medio de terceras personas. Generalmente, los padres del
paciente.
El modelo de relación dependerá de la personalidad del médico y
de la familia del menor. Hay familias dependientes, organizadas, emocionales.
Se admite que los médicos deben cultivar la amabilidad, la
paciencia y las habilidades sociales. A los pediatras se les supone una
cualidad extra: el amor
a los niños.
A. Recién nacido y lactante:
No se puede establecer comunicación verbal con el niño a lo
largo de estas etapas. Los padres suelen ser los interlocutores. El pediatra
debe usar un lenguaje sencillo y de fácil comprensión. Intentará explorar al
bebé con cuidado. Le evitará en lo posible el dolor. Tratará de disminuir la
angustia de los padres y los miedos naturales del niño.
B. Preescolar
Ya se puede lograr cierto grado de comunicación verbal. El
médico intentará ganarse la confianza y amistad del niño. Le explicará la
exploración con palabras simples. Es mejor tratar de explorar la boca sin el
depresor. Nunca le mentirá cuando se le haga algún procedimiento médico. Y
siempre tratará de quitarle miedos.
C. Escolar:
El niño de esta edad ya es capaz de comprender. Se informará con
lenguaje sencillo sobre los temas más importantes. En esta edad los niños
también pueden mostrar sus miedos. Pueden preguntar sobre su enfermedad. Se le
intentará calmar. Se debe contestar a todas sus preguntas de forma veraz y
real.
D. Adolescente:
Desde el comienzo se intentará ganar su confianza. De esto
depende una buena relación. Se le asegurará la confidencialidad de la
información sobre él y su enfermedad.
El adolescente puede asumir una autonomía progresiva en las
decisiones que están relacionadas con su salud. El médico además tratará de
hacer partícipe a la familia sobre los problemas de salud del adolescente. Pero
de una forma armónica y siempre con el consentimiento
del joven.
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